El Gran Poder se transnacionaliza sobre fuertes redes sociales y políticas, dice investigación


La fiesta del Gran Poder se ha transnacionalizado con la expansión de distintos grupos, internos a las fraternidades, hacia otras ciudades del país y del mundo, sostenidos en un crecimiento económico comercial y en fuertes redes sociales, dice el sociólogo Germán Guaygua que ha desarrollado la investigación “Las estrategias de la diferencia: Construcción de identidades urbanas populares en la festividad del Gran Poder”.

El estudio plantea que esa fiesta se ha constituido en un escenario importante para desarrollar relaciones y redes sociales. En esa construcción de relaciones sociales el barrio de Chijini tiene una connotación simbólica fuerte, que se remite incluso a zona de ex haciendas después de 1952. Ahora el espacio físico se extiende a todo el complejo económico que hace al barrio (Graneros, Huyustus, Eloy Salmón, Garcilazo de la Vega, etc.) y a una identidad cultural, además de una proyección social y económica que supera lo estrictamente local. Tanto así que se ha irradiado a nivel nacional e internacional.

Entradas folklóricas de BoliviaGuaygua dice que a partir de Chijini se forma la “fiesta mayor de los Andes”, entendida como un escenario donde confluyen expresiones religiosas, sociales, culturales y económicas, distintos niveles de presencia y de exclusión, procesos de ascenso social, establecimiento de nuevas elites y mecanismos de inclusión.

La fiesta ha permitido una “irrupción de escenarios” antes cercados por una especie de cordón cultural. Primero fue la ocupación del centro paceño con la irrupción de lo cholo o de la denominada “burguesía chola”, en principio vista como un elemento estrictamente folklórico y turístico. Pero en una segunda instancia, la actual, se puede observar claramente a elites que se mueven con distintos intereses y proyecciones.

El sociólogo explica que la proyección transnacional es bastante fuerte, como sucede con los viajeros a China (importadores, más identificados como viajeros a Charaña) que han comenzado a reconfigurar la economía del barrio en términos de movimiento económico e incluso se puede notar la simbología china utilizada en sus expresiones. Pero “no todos los que participan son del barrio”, sino que son grupos actualmente articulados con otros grupos económicos de El Alto, de Oruro, de Santa Cruz y del exterior de país, que se expresa en filiales de las fraternidades en esos puntos geográficos.

“La fiesta se está trasnacionalizando. Es un fenómeno que ocurre sobre todo en el Gran Poder, que algunas fraternidades tienen prácticamente sucursales en todo el mundo. Por eso decimos que de Chijini se irradia con fuerza el tema de lo religioso, lo cultural y ahora creo que se consolida en lo económico”, dice Guaygua.

Una expresión inicialmente local, de barrio, excluida y subalternizada se ha convertido, a decir del sociólogo, en un mecanismo que permite consolidar las redes sociales y económicas. Pero a la vez la mayoría de las fraternidades con poder de decisión dentro de la fiesta responden a lógicas comerciales, con alto sentido capitalista, y políticas, no solo como expresiones de fe religiosa y cultural.

Como en toda construcción que es expresión de su sociedad, en este caso también se expresan relaciones de exclusión dentro de la fiesta porque si bien no existe la prohibición de participar en ningún grupo, los criterios económicos y la exigencia de fuertes erogaciones de dinero sí ponen obstáculos a las personas que no cuentan con ese requisito para participar, sin contar con las relaciones sociales y los contactos políticos que abren puertas de acceso a la festividad.// PIEB

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