Las cholitas cochalas se muestran al mundo con la comida y el glamour


Su objetivo es mostrar a Bolivia y al mundo que en Cochabamba también hay mujeres de pollera que no se amilanan ni ante la tecnología y que, además, son igual de elegantes y glamurosas que las paceñas.

Lenny Miranda: “Desde niña  quería ser reconocida”

Esta cholita cochala  no ha perdido su sencillez, que acompaña muy bien con su aspecto frágil y muy femenino. Tiene 30 años y desde los 17 comenzó a perseguir el sueño que tuvo desde niña: ser una mujer reconocida por los demás. Valoraba en ellas algunas virtudes que la podían llevar a ese sitio: su perseverancia y decisión, pero sobre todo su capacidad para vencer el miedo a lo que fuera.

Y siendo apenas una adolescente ingresó al mundo de la música. Se hizo cantante del huayño -cumbia sin cambiarse el nombre... como Lenny Miranda.  “Nadie me invitó, fue una iniciativa que comencé  poco a poco;  no fue fácil, pero se pudo, logré que el público me aceptara, a eso se tiene que  apostar”, afirma.

Y así hizo su primer disco, a los 17, y lo bautizó con su nombre. No le fue  muy bien, pero fue por el segundo, incorporando esta vez a dos cholitas más como su cuerpo de baile, a las que bautizó como Las Cautivadoras. También sumó a Los Diamantes, los músicos que le dieron el marco musical  a sus creaciones musicales; es que Lenny es una artista completa porque ella misma compone sus canciones.

En 13 años en el mundo artístico, ya conoce por dónde se mueve el éxito, su  tema Elianita, ese zapateo salay con el que puso a bailar a miles en todo el país, la llevó por esos rumbos.

“El último grupo que armé es más folklórico, más criollo, se llama Flor Ceniza, que fue un éxito para la gente provinciana, otro mercado al que entré”, cuenta.

Pero como a la gran mayoría de los artistas, la pandemia la obligó a guardar los planes, los micrófonos y los trajes de fantasía con los que se presentaba, decidió dar impulso a su otra pasión: el diseño de modas exclusivamente para cholitas cochalas con propuestas coloridas, coquetas y con un discreto toque sensual, “como es la chola cochala”.

“Quiero que en el exterior conozcan a la cholita cochabambina. Ya conocen a la chola paceña, pero no a la cochala y su forma de vestir, que es tan coqueta y atractiva”, dice esta joven cochala por decisión, porque ella nació en Chayanta, Potosí, pero vive en Cochabamba desde los 11 años.

El año pasado fue invitada a la Fashion Week, que se llevó a cabo en Cochabamba, donde subió  sus diseños a la pasarela. “Al inicio estaba nerviosa porque toda la ropa que mostraban era diferente a las prendas que yo diseño, pero cuando todo terminó y estaba de regreso a mi casa pensé que era un paso más, el primero para mostrar la ropa de la chola cochabambina a Bolivia”, cuenta.

Y este año, en octubre, participará en  el Fashion Show, uno de los desfiles de moda más importantes de Bolivia, que por la pandemia se realizará de forma virtual. Otro paso más hacia sus objetivos. Sus planes son llegar a desfiles de moda en el extranjero, para que el mundo conozca la vestimenta de la chola cochabambina. Mientras tanto, se subió a la redes sociales donde muestra todo su trabajo, tanto musical como en el mundo de la moda, que prácticamente resumen su vida hasta ahora.

Está muy agradecida porque todo lo que alcanzó representa la segunda parte su vida, después esa niñez y adolescencia sin su mamá, que murió cuando ella era pequeña. “Me críe con mi papá y sufrimos mucho,  pero Dios me bendijo con mi arte y mi capacidad para diseñar”, dice.

“A un principio queremos tener una profesión para ser alguien, pero lo que te gusta muchas veces está en otro lado, y uno poco a poco lo descubre”, afirma.

Julia Kani: “Quiero enseñar a  cocinar y a poner buena cara”

Esta cochala de cepa es una youtuber de la gastronomía, el orgullo de los cochabambinos. Lanza a la nube sus programas en los que  ella cocina diferentes platos, dando información sobre sus cualidades nutricionales y lo beneficioso que puede ser para vivir más de 100 años, como su abuelo.

Se siente como un pez en el agua mientras graba sus videos.  “Me siento muy feliz cuando grabo los programas para subirlos al Face, porque recuerdo lo que me enseñó mi mamá desde niña: cocinar. Yo cocino desde los siete años,  cocinaba a leñita, y eso quiero enseñar a los  demás  y que a la hora de cocinar hay que  poner buena cara, dar alegría”, dice.

Julia es feliz cocinando, pero  lo es más al terminar sus programas porque se sienta a comer lo que preparó con sus hijos Noelia, Vanesa y Rosmel. Hasta antes de la pandemia lo hacía con su esposo Ricardo Condori, pero él murió con la enfermedad. Ricardo fue quién, en medio de la cuarentena, la animó a volverse una youtuber de la gastronomía cochala.

“‘Julia muy rico cocinas, sabes cocinar de todo, porque no preparas un platito tradicional de Cochabamba para subir al Face’, me sugirió. Y la verdad no había en el Face una cholita original, cocinando a leña o en cocina, enseñando a los demás. Gracias a mi esposo es la idea y al apoyo de mis hijos”, cuenta la youtuber.

Su esposo la animó  a algo más: a perder el miedo a  estar en las redes sociales. Ella dice que ese es el principal secreto para haberse hecho famosa en la redes. “Hay que perder el miedo, es lo principal, lo demás se aprende poco a poco”, aconseja a quien se quiera volver un youtuber. Lo segundo -dice- es ser constante, “no perderse”, y lo tercero, “lo fundamental, ser alegre, poner buena cara a todo y hacer todo con mucho cariño y alegría”.

Julia nació en Ayopaya y pasó su niñez en la escuelita Constanino Velasco, donde comenzó a soñar que un día sería cantante. Segura desde entonces de que nada se logra si no hay esfuerzo,  le pedía a su profesor de música que le diera la oportunidad cantar en las horas cívicas. El profe lo hacía y así ella podía mostrar su talento. Y se convirtió en cantante a los 15 años,  en 1992, cuando junto a su esposo Ricardo Condori  ganaron un concurso lanzado por  Lauro Producciones y grabaron su primer disco.

Desde entonces su pareja la fue impulsando a alcanzar todo lo que se imaginara. Juntos llegaron a  formar el grupo Julia Irigoyen y los matadores del charango, con el que recorrieron Bolivia, Perú, Argentina, Chile y Argentina.

La cholita youtuber y cantante extraña mucho el espectáculo, al público que junto a su esposo solían complacer;  mientras tanto concentra sus energías en su nueva ocupación, que también la hace conocida.

Como ya domina las nuevas tecnologías y  sabe de su alcance, está pensando saltar las fronteras de su Cochabamba para enseñar a los cibernautas a cocinar platos de otros departamentos de Bolivia. “Cada departamento tiene sus platitos, ya estaré enseñando cómo se preparan”, anuncia.

Mientras tanto su hijo Rosmel, heredero de los Matadores del Charango, prepara la canción con la que apenas pase la pandemia se presentarán al público. La pieza está dedicada a  Ricardo. Seguro que a Julia Kani la letra le saldrá del alma cuando la esté interpretando.// Página Siete

_

Publicar un comentario

0 Comentarios